Este atractivo ecoturístico, que vale la pena vivir al menos una vez en la vida, está aderezado con bellos escenarios de la costa del Océano Pacífico.
Es bajo este contexto que se puede ver a los cetáceos que hacen una de las migraciones más sorprendentes del orbe, ya que viajan desde Alaska a la Península de Baja California para tener a sus crías.
El avistamiento de esta especie es una experiencia surreal, ya que, a escasos metros de una embarcación se observa el nado de un gigante de aproximadamente 30 toneladas y una longitud que puede llegar ser de hasta 15 metros, mientras que sus crías pueden medir hasta cinco metros de largo.
Una de las características que la hacen única es su color grisáceo hipnótico y manchas blancas, además, cabe mencionar que están acostumbradas a desplazarse de manera lenta, así que la experiencia de observarlas es aún mejor.
Este encuentro natural puede disfrutarse en la localidad de Bahía de Todos los Santos, del Municipio de Ensenada, en un tranquilo viaje de cuatro horas en mar abierto, en la que se recomienda salir por la mañana, con bloqueador solar, agua para hidratarse y bien abrigado, ya que el viento y las corrientes del océano suelen ser frías.
No está por demás decir que, en todo momento, hay que comportarse como un viajero responsable con el medio ambiente.
Para Saber
Esta experiencia se puede tener con guías turísticos que recogen al huésped en su hotel. Algunas de las empresas que ofrecen este servicio son: Ensenada Tours, Tours in Baja y Baja Fun Travel.
También se puede buscar una embarcación autorizada por la SEMARNAT.
Algunas opciones son: María Alondra, Azteca Too, Lobo de Mar, Socio, Sea Fox, Libertad, Don Jesús I y II, Privateer I, Josecito, Angelito, Güero, Güero I y II, Yaz Itzy, Abracadabra, Grace, Contender, Free Spold, Coco Loco, Lily’s, Sammy’s y Asoc. de Armadores Unidos de Pesca Deportiva de Ensenada, A.C.Hora de publicación: 05:00 hrs.
Fuente: Grupo REFORMA