La mirada fija en el horizonte se pierde con el relajante vaivén de las aguas del Océano Pacífico. Del otro lado, mientras tanto, la ajetreada vida de un destino vibrante se revela a través del cúmulo de enormes edificios que dibujan el célebre skyline en la ciudad.
En el corazón de ese contraste de bullicio y serenidad se descubre el JW Marriott Panamá, con un diseño inconfundible que remite a la vela de un barco.
Con esta silueta, el hotel parece enviar un mensaje que anima a los visitantes a emprender una aventura y navegar en un destino posicionado como imán de viajeros de negocios, atendiendo a su destacada infraestructura y conectividad aérea.
La exclusiva propiedad, ubicada en Punta Pacífica, ha evolucionado para adaptarse a la nueva realidad tras la pandemia de Covid-19, ofreciendo un entorno ideal para celebrar citas empresariales que demandan nuevos enfoques concebidos exclusivamente para el segmento MICE del turismo (reuniones, incentivos, convenciones y exposiciones, por sus siglas en inglés).

Con esta idea, JW Marriott Panamá ha implementado distintas innovaciones. Una de ellas es un tour virtual en tiempo real para que los anfitriones puedan conocer, de manera anticipada, los espacios del hotel y organizar, con mayor certeza, un encuentro de negocios. Esto, además de una avanzada configuración que incluye nueve salas de reuniones y equipo para la transmisión global de eventos en vivo.
El tour permite explorar el Tejas Banquet Hall & Terrace, un espacio en el cual los asistentes podrán salir de la rutina de las conferencias para disfrutar las impresionantes vistas al mar.
Después, ya en el destino, disfrutar un coctel a la orilla de una piscina infinita, desde la cual se observan las puestas de sol de forma imperturbable, habrá de convertirse en una invitación imposible de resistir para culminar un arduo día de trabajo.

Las habitaciones de JW Marriott Panamá ofrecen un confort único para recobrar la energía necesaria para abrirse al conocimiento y la conexión y tomar decisiones de negocios certeras, al tiempo de disfrutar de la vida e ir al encuentro de la urbe más cosmopolita que ha forjado Centroamérica.