Algunos especialistas en turismo han descrito posibles flujos de viajeros que podrían incrementarse en años posteriores al Covid. Sus conclusiones las han traído a la mesa al tiempo que predicen la reducción del turismo de negocios y de convenciones. Algunos ejemplos que los expertos han asegurado que crecerán son:
- Personas que harán turismo en su propia ciudad, sin salir de viaje, a quienes denominan “turistas locales”;. Suma poco a la ocupación hotelera.
- Viajeros que querrán hacerlo con sus mascotas. Malo para las alfombras de los hoteles.
- Turistas “sin prisas”; que se compenetrarán en el destino visitado. ¿Con la misma tarifa?
- “Nómada digitales”; que definen como viajeros que, dadas las características de su trabajo en ambiente virtual, o híbrido, podrán viajar mientras trabajan, o trabajar mientras viajan (para el caso es lo mismo). Habrá que tener excelente internet y diseñar áreas sociales y áreas privadas unipersonales ad hoc. ¿Podrán pagar lo que cuesta?
¿Inventar por inventar?
Hay quien escribió acerca del importante crecimiento del “turismo activista”;, describiéndolo como, el flujo de personas que viajan para apoyar alguna causa social; o del “turismo sostenible”;, definiéndolo como el crecimiento de visitantes que tratan de cuidar los recursos naturales y que están comprometidos con las comunidades a las que viajan. También dicen que crecerá el número los “turistas virtuales”;, que son turistas que viajarán sin viajar.
El crecimiento de ciertas tendencias no será suficiente para que la hotelería en México sea un negocio que genere riqueza si no hay una real recuperación económica. La infraestructura hotelera que se ha construido en los últimos 20 años en el interior de la República, ha sido para servir al turismo de negocios y al turismo de convenciones y las nuevas tendencias en crecimiento no serán suficientes para sostener nuestros negocios hoteleros.
Las vacunas son urgentes, las nuevas tendencias son bienvenidas; pero no son la luz que necesitamos ver al final del túnel. Lo que queremos ver es un México en el que exista Estado de Derecho, un país en el que todos tengamos igualdad de oportunidades, con certidumbre en las reglas para hacer negocios y sin pavor a la delincuencia. Un país con un proyecto común en el que autoridades y sociedad sepamos construir debatiendo con tolerancia, sin discriminar. Un país en el que podamos forjar nuestros sueños de acuerdo con nuestras capacidades y nuestros méritos. Un país en el que todos seamos incluidos.
Y como decimos en Mérida: lo busco, lo busco: y no lo busco.